PALACIO ALMUDÍ
El Palacio Almudí es un edificio del siglo XV, ubicado en el Plano de San Francisco, junto a los jardines del malecón. En su interior alberga una Sala de Exposiciones, conocida como Sala de Columnas, y las dependencias del Archivo Histórico Municipal.
El Palacio Almudí acoge exposiciones temporales a lo largo del año, publica interesantes documentos, y las puertas del archivo permanecen abiertas a investigadores de la historia regional.
EL EDIFICIO
El edificio que hoy podemos contemplar ha tenido a lo largo de los siglos múltiples utilizaciones. Fue pósito municipal, antiguo depósito de grano de la ciudad. El nombre de Almudí viene de la medida de capacidad de áridos equivalente a seis cahíces. A este lugar acudían cosecheros y tratantes para realizar todas las transacciones comerciales de los cereales. Asimismo, el Concejo hacía el reparto del trigo a los panaderos. Fue Cuartel de reserva de Caballería durante el siglo XIX, y desde 1892 Palacio de Justicia, siendo tras su restauración a finales del XX (1985) sala de exposiciones, archivo histórico municipal y sede de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Murcia.
Fue Alfonso X quien decidió la ubicación de este edificio, una vez finalizada la conquista y tras el repartimiento de la Ciudad entre los pobladores cristianos. Consideró más idóneo, un emplazamiento junto a la Puerta del Puente, próximo al arrabal de la Arrixaca, que lindaba con la aduana y se encontraba cercano a la plaza de las ferias y mercados. Las obras del edificio, a cargo de Esteban Fernández, se terminaron en 1440.
A mediados del siglo XVI se efectuaron algunas modificaciones y se reconstruyó la fachada exterior. A esta época pertenece el medallón de la fachada, en el que puede contemplarse la Matrona de Murcia, obra de Hernando de Torquemada, que amamanta a un niño al lado del suyo. Se interpreta como símbolo de la hospitalidad de los murcianos.
En el siglo XVII se habilitaron provisionalmente varias de sus salas como depósito de armas, mientras se terminaba el edificio del Contraste. La caída de un rayo en 1612 durante una tormenta sobre las cámaras superiores, donde se acumulaba pólvora dan como resultado una explosión, y con ella, el derrumbe de gran parte del edificio, haciéndose necesaria su reconstrucción. Tras un largo periodo, en el que se interrumpen las obras por cuestiones económicas, la finalización de las obras, que se produce en 1628.
Un escudo real en la fachada recuerda como la reconstrucción de los daños finalizó en 1628. La puerta principal está coronada por un enorme escudo real de los Habsburgo, el cual está flanqueado por dos escudos de Murcia de menor tamaño (que cuentan con sólo 6 coronas al ser anterior al reinado de Felipe V).
En el siglo XVIII, se decide construir los porches, de los que hoy no se conserva nada. La obra fue llevada a cabo, Jaime Bort, autor del Imafronte de la Catedral.
El abandono del edificio en los años posteriores estará marcado por la decadencia en general de los pósitos en España. El hecho que salvará al edificio de la irremediable desaparición es la necesidad de ubicar en él la Audiencia de lo Criminal, lo que conllevará también nuevas reformas que serán terminadas a finales del siglo XIX.
En 1892 se inicia su remodelación y en 1893 instala en el Almudí la Audiencia Provincial, produciéndose diversas reformas, para el nuevo uso del edificio construyendo balcones en la fachada. La necesidad de reunir todas las dependencias judiciales en un mismo edificio fue lo que marcó las siguientes reformas, si bien será la instalación de la recién creada Audiencia Provincial lo que propició las obras de mayor envergadura. Así, será en el primer tercio del siglo XX cuando, desalojado el palacio, se proceda a una reforma completa, incluida la demolición de los porches de Bort y la elevación de una tercera planta por motivos de espacio. Esta obra será encargada al arquitecto Pedro Cerdán Fuentes, que la concluirá en 1946.
Pero a finales de este mismo siglo todas las dependencias judiciales son trasladadas al nuevo Palacio de Justicia, por lo que el Almudí es abandonado y cerrado de nuevo y el Ayuntamiento decide su habilitación definitiva para usos culturales. Esta obra es encargada al entonces arquitecto municipal Daniel Carbonell Ruiz, que procede a la demolición de la última planta y a la restauración íntegra del edificio. Así llegamos al año 1985 en el que finalizan las obras de restauración del Palacio Almudí adquiriendo el aspecto que podemos observar en la actualidad.
Es en ese momento cuando el Ayuntamiento de Murcia recuperó el histórico edificio como Centro de Arte y Exposiciones.
Aglutina desde ese instante diversas funciones: alberga en su interior la Sala de Exposiciones, numerosos despachos para la gestión cultural de la ciudad y el Archivo Municipal.
En su interior destaca la grandiosa sala de columnas toscanas que está dedicada actualmente a sala de exposiciones, y un lienzo de la muralla árabe de Murcia que sirve de muro de carga para el propio inmueble, ya que el Almudí se construyó sobre dicha construcción defensiva.