CASAS TORRE
Las denominadas casas-torre son una tipología característica de la Huerta de Murcia, representativas de su paisaje, historia y forma de vida tradicional. Vinculadas a labores de explotación económica del territorio y sus recursos agrícolas y ganaderos, destacan también por la actividad sericícola que tanta relevancia adquirió en el siglo XVIII murciano.
ORIGEN
Su origen controvertido, se relaciona con la antigua villa romana y la alquería árabe. Según algunos estudios, aunque con características propias, se aprecia en ellas, influencia italiana de las villas paladianas y de las masías catalanas de planta cuadrada o rectangular y de aspecto más macizo.
El desarrollo de las casas-torre coincide con el largo proceso de colonización que en el reino de Murcia se prolongó más allá del siglo XVI y la justificarían razones defensivas. En un ambiente de inseguridad, pues la proximidad de la costa situaba a los campos en el radio de acción de los piratas berberiscos, la torre aparece como lugar de vigilancia del entorno, así como de control de la propiedad. El Códice de Repartimiento de Murcia (siglo XIII) menciona las Torres de Tetrayra, del Molino, de las Lavanderas, de los Pellejeros...
La influencia italiana se debió a la preponderancia económica de los genoveses establecidos en el reino de Murcia al finalizar la Edad Media, monopolizando diversas industrias. Los genoveses alcanzaron una envidiable posición económica, e invirtieron sus ganancias en el campo, llegando a poseer enormes extensiones en la huerta de Murcia. Estas familias y algunos artistas italianos que pasaron o se afincaron en Murcia, introdujeron características de la forma de construir italiana posterior a la obra de Palladio. Composición, detalles ornamentales, disposición de los huecos en las fachadas, molduras, recercos y el empleo del color como recurso ornamental, influencias que marcan este tipo de arquitectura popular.
CASAS TORRE EN LA HUERTA DE MURCIA SIGLO XVIII
Fue principalmente a partir del siglo XVIII cuando aparece de forma dispersa en las huertas levantinas un tipo de vivienda señorial vinculada a una amplia propiedad y destinada fundamentalmente a la labor agrícola y ganadera. En la huerta de Murcia se denomina a esta construcción torre, constituyendo un modelo arquitectónico popular muy representativo del paisaje murciano, su historia y antiguas formas de vida.
La construcción de estas viviendas durante el siglo XVIII coincide con una época de prosperidad. Son años de exportaciones masivas de productos agrícolas, como la seda, el esparto o la barrilla. A esta prosperidad se suma la ampliación de la huerta de Murcia que pasa de 5.000 hectáreas en el año 1500 a 11.000 en 1750.
Al ser las familias nobles propietarias de las tierras los dueños y habitantes de las torres, su diseño corresponde básicamente a una transposición de la vivienda de la ciudad aunque adaptada al medio.
Aunque la tipología de estas viviendas solariegas en la huerta de Murcia es muy variada, se pueden señalar como características comunes a todas ellas: Edificaciones de planta cuadrada o ligeramente rectangular, las fachadas presentan distribución simétrica de vanos. Al estar vinculadas a familias nobles, muchas presentan sobre la puerta principal o lugar visible el escudo familiar, símbolo del poder de sus propietarios sobre aquellas tierras. En muchas ocasiones fue el apellido de la familia propietaria el que dió nombre a la torre.
La torre como construcción estaba adaptada a una doble actividad: Sedera y agrícola. Su espacio más significativo lo forma la andana o cámara, ubicada en las plantas superiores, donde se criaba el gusano de seda y se guardaba la cosecha.
Esta actividad que fue en la Región de Murcia la principal fuente de ingresos familiares hasta mediados del siglo pasado, marcó la estructura de esta vivienda en cualquiera de sus tipos.
La Huerta de Murcia aún conserva algunas de estas torres levantadas en el siglo XVIII, la Torre de los Ayllón situada en la huerta de Puente Tocinos, la Torre Almodóvar y la de los Miralles en la huerta de Alquerías y la Torre Arcayna en Churra.
El carácter de la Torre como núcleo económico se perdió en gran parte al desaparecer el cultivo industrial de la seda. En el siglo XIX adoptaron un carácter casi exclusivo de casa de veraneo.
SIGLO XX
Con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1927, se presentaron a concurso varios proyectos para el Pabellón Regional que habría de representar conjuntamente a las provincias de Murcia y Albacete, siendo seleccionado el diseño de los arquitectos Anibal Álvarez y Martínez Chumilla que corresponde a una casa-torre del siglo XVII. La torre constituye por tanto, un tipo de construcción característica de la huerta de Murcia que forma parte de la idiosincrasia Murciana.
El crecimiento de la ciudad englobó a lo largo del siglo XX las torres levantadas en su periferia, así ocurrió con la Torre Zambrana que se alzó junto a la acequia Aljufía frente a la Iglesia-convento de las Agustinas. A finales del siglo XIX, la familia propietaria López‐Ferrer, realizó una importante remodelación de la casa. En el año 1988, el edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Murcia y a principios de los años noventa, la Casa‐Torre se restaura y acondiciona albergando hoy día el Museo de la Ciudad.
La Torre de la Marquesa (de Salinas) estaba situada junto a la antigua estación de Caravaca actualmente sede de las oficinas de Aguas de Murcia en la actual Plaza Circular.
En la Huerta carriles y parajes llevan el nombre de las torres a que conducían o se levantaban en ellos. Torre de los Villescas y Torre de los Serranos en la huerta de Puente Tocinos, Torre de los Tudelas y Torre de los Masa en la Albatalia; Torre Falcón, Torre Molina y Torre del Obispo en Espinardo, Torre de los Fortún en la Arboleja, Torre del Reloj junto al molino de Funes en el camino que conduce a la Ñora. Torre de Serrano en la huerta de Zaraiche, Torre del Molino del Batán, Torre del Colmenar y Torre de los Ruiz en el camino de Beniaján ...
LAS CASAS-TORRE HOY
El abandono progresivo de este tipo de edificaciones ha provocado que la mayor parte de ellas se encuentren hoy en día en estado de ruina. Entre las casas torre que se conservan rehabilitadas encontramos la Torre Vieja o de los Moros en Alguazas, declarada monumento de interés histórico artístico en 1997 y su entorno de protección en 2004 y la Torre del Reloj o de los Ayllón en Puente Tocinos ambas de titularidad pública.
Entre las casas torre que se conservan rehabilitadas de titularidad privada encontramos la Torre de los Alburqueque en la ctra de Santa Catalina, Aljucer y la Torre de los Marqueses en Espinardo
Es la Torre Almodóvar la que mejor refleja actualmente esta tipología edificatoria, conservando aún elementos originales que le confieren un mayor grado de autenticidad junto con el entorno en el que se ubica que define su caracter en el paisaje huertano.