ACEQUIA MAYOR ALQUIBLA
La Acequia Mayor Alquibla es una de las dos acequias mayores que vertebran la red de riego tradicional de la Huerta de Murcia. Nace en el Azud de Contraparada, situado entre las pedanías de Javalí Nuevo y Javalí Viejo, presa que acumula el agua del Río Segura haciendo subir el nivel y permitiendo que desde ella surjan las acequias mayores que conducen el agua hasta las menores.
La Acequia Mayor Aljufía abastece de agua a todo el Heredamiento Mayor del Norte y la Acequia Mayor Alquibla lo proporciona al Heredamiento Mayor del Sur.
RED DE RIEGO
Fueron los árabes quienes consiguieron dotar de auténtica entidad al regadío murciano con un complejo y laberíntico sistema de riego con el que, a partir del azud, consiguieron dominar la corriente del río, obligándola a formar un remanso y tomar así parte de sus aguas a través de las denominadas acequias mayores que discurren por los márgenes del río, conduciéndolas hacia las acequias menores.
Desarrollando junto a este sistema de conducción y aprovechamiento de las aguas vivas, otro, tan complejo como el primero, conduce las aguas muertas (las sobrantes después de haber regado bancales y cosechas), para ser nuevamente aprovechadas o vertidas al río de modo que los agricultores situados cauce abajo puedan regar con ellas.
Aquí el sistema es al contrario: los primeros cauces, encargados de recoger las aguas sobrantes de un regante (escorredores) son los más pequeños, que se reúnen con otros hasta formar las azarbetas, que desembocan en los azarbes. Estos últimos van a parar a los dos azarbes mayores, el Azarbe Mayor del Norte y el Azarbe Mayor del Mediodía, que recogen esas aguas muertas procedentes de drenaje o escorrentía y que son reaprovechadas aguas abajo convirtiéndose de nuevo en aguas vivas.
LA ACEQUIA ALQUIBLA
La acequia Mayor del Mediodía o Alquibla, nace en el Azud de Contraparada y desemboca en el mismo cauce del río a la altura de Beniaján, abasteciendo de agua a todo el Heredamiento Mayor del Sur, aunque toma distintas denominaciones en función del terreno por donde pasa, Barreras, Alfande, Benicotó y Benicomay, tiene una extensión de unos 22,5 kilómetros y riega localidades como Javalí Nuevo, Alcantarilla, Aljucer, Beniaján, Torreagüera y Alquerías.
Son muchas las acequias que toman agua de esta acequia mayor, tales como las de Albadel, Alcatel, Gabaldón, Aljorabia..., constituyendo una parte esencial de ese sistema tan complejo de canales, de recogida de agua (o azarbes), y de devolución al cauce principal.
ORDENANZAS DE LA HUERTALa huerta de Murcia posee unas costumbres que siguen trasmitiéndose en forma oral en actos e instituciones, y otras que se fijaron por escrito en disposiciones y ordenanzas.
Son supervivencia de prácticas y usos musulmanes que se reflejan en normas y reglamentaciones de los regadíos, sistemas de cultivo...
El termino municipal de la ciudad comprendía junto a pueblos y villas, tierras de regadío. En el repartimiento de las tierras de regadío, estas llevan consigo el derecho de aprovechamiento de las aguas del río, en proporción a las taullas que cada heredero, labrador o aparcero cultivan. Es la llamada “partición del agua” que Alfonso X dejó en manos del Concejo de la ciudad.
En virtud de leyes, privilegios reales y costumbres, el Concejo ejercía unas facultades normativas en la huerta, disposiciones y acuerdos, ordenanzas y reglamentos, interviniendo en problemas y litigios de partición de aguas o en riegos. Esta actividad se recogía en los Libros de Actas o Capitulares que celebraba el Concejo en la casa del Ayuntamiento.
En el siglo XIV, los acuerdos, disposiciones y ordenanzas se recogen en un códice. Es la primera colección de Ordenanzas de la Huerta de Murcia, llamada “Libro del Agua”.
En 1523 se recogen en un volumen las ordenanzas y disposiciones de ciudad y huerta. A finales del siglo XVII se imprimen en un volumen las ordenanzas. En 1849 bajo el título “Ordenanzas para el régimen y gobierno de la Huerta de Murcia”, se redacta un código rural en el que se recogen usos y costumbres junto a normas de origen real o concejil. En 1889 se realiza una reedición de estas Ordenanzas añadiéndoles importantes comentarios y notas de D. Pedro Díaz Cassou.
Como órgano económico-administrativo figura la Junta de Hacendados de la Huerta y como órgano judicial administrativo el Consejo de Hombres Buenos, declarado junto al Tribunal de Aguas de la huerta valenciana, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
EVOLUCIÓN DE LOS CULTIVOS EN LA HUERTA DE MURCIA
La escasez de agua para riego, muy acentuada en los duros estiajes veraniegos del Segura, impuso desde el principio graves limitaciones al desarrollo de una agricultura propia del regadío en la huerta de Murcia.
Hasta el siglo XV la tónica dominante es el cultivo de cereales, vid, legumbres, hortalizas, frutales en secano como higueras, olivos, almendros y algunas variedades de frutales en regadío ( granados, manzanos, ...). Hacia mitad del Siglo XV se produce una importante innovación, la introducción de la morera y con ella el desarrollo de la industria de la seda, iniciándose el proceso hacia una agricultura especializada que abandona el cerrado marco medieval.
En el siglo XVI la huerta descrita ha cambiado: “ Es lugar de mucha seda... Hay muchos naranjos y otros agrios y muchas moreras”. La adaptabilidad y la resistencia de la morera permitieron una rápida expansión que vino favorecida por los importantes esfuerzos de mejora del riego que se realizaron en el siglo XVI.
En el siglo XVIII completada ya la red principal de riego y con más de 100 ruedas elevadoras funcionando en el río y en las acequias mayores, la huerta representa un máximo aprovechamiento de las posibilidades de agua con las técnicas de la época.
A principios del XIX , el trigo o la cebada ocupaban el campo en invierno y el maíz durante el verano. El arbolado muy abundante era fundamentalmente de moreras. Progresivamente se comienza a sustituir la morera por el naranjo en relación con la lenta decadencia del comercio sedero.
En el siglo XX hortalizas y frutales desplazan por completo a los cereales, excepto el maíz. Limón, naranja, melocotón así como pimiento, algodón, cacahuete y patata.
Hoy día en la huerta murciana que nos queda, los árboles de frutales cítricos ocupan buena parte del paisaje. Junto a melocotoneros, naranjos y limones, otros frutales como el granado, manzanos y peros, así como higueras y otros cítricos como el pomelo. En los pequeños huertos que aún se cultivan aparecen bancales de habas, coles, pimientos o berenjena.