LA SEDA EN MURCIA
Las primeras referencias del cultivo de la seda en Murcia datan del S. VIII, aunque su despegue no se produce hasta el S.XVII, cuando se importan las nuevas técnicas de producción preindustrial desde Italia y Francia, impulsando el cultivo doméstico del gusano de seda entre los agricultores.
A lo largo de los S. XVIII y XIX, la seda se convirtió en un pilar básico de la economía regional, especialmente en Murcia, donde se instalaron diversas industrias sederas. La crisis de finales del S. XIX provocó su cierre y la desaparición casi total del cultivo en la Región. Hoy esta actividad es testimonial, quedando algunos vestigios productivos de artesanos que exponen sus productos en mercados tradicionales o centros de exposición regional.
ORIGEN: 2.200 a.C.
La cuna de la seda se encuentra en China, en el 2.200 a.C. Desde su descubrimiento, han sido conscientes de su inmenso valor, y por ello, durante más de dos mil años se guardó como un gran secreto. Cuenta la leyenda que Justiniano, emperador de Constantinopla, obsesionado por descubrir el método de producción de la seda, envió como espías a dos monjes nestorianos quienes, arriesgando su vida, consiguieron sacar de China una pequeña cantidad de huevos escondidos en sus bastones, eludiendo los numerosos controles a lo largo de la ruta de la seda.
LA SEDA EN MURCIA: Siglo VIII
La llegada de la seda a Occidente se produjo a través de Constantinopla, bajo el mandato de Justiniano. En España se cree que se introdujo por el sureste peninsular, pero no fue hasta la llegada de los árabes, en el siglo VIII, cuando se desarrolló su producción, especialmente a partir de la fundación de Murcia.
Las sedas españolas alcanzaron un gran prestigio internacional,destacando entre ellas la murciana, con sus ricas telas Wasy, mezcla de seda y oro.
En siglos XI, XII y XIII, continuó una importante producción con excelente calidad de los tejidos murcianos. En la época cristiana, la seda perdió su importancia y en su lugar se desarrolló la ganadería. Sin embargo, en el siglo XIV se plantaron las primeras semillas de moreras blancas, y se produjo un nuevo e importante florecimiento, con un lugar destacado para la huerta de Murcia.
Auge en Murcia: Siglo XVII
Dos judíos murcianos expulsados por los Reyes Católicos (Antonio de Grimaldo y Carlos Peralta) fueron los que, al volver de su 'exilio' italiano, importaron las técnicas con las que la industria sedera alcanzó un auge insospechado en la huerta murciana, provocando una avalancha de agricultores que comenzaron a cultivar morera en sus tierras. Los capullos eran cuidados en el interior de las casas por mujeres y niños a un coste mínimo. Se aumentó considerablemente la producción y se extendió el uso del tejido a las poblaciones más humildes.
Numerosos huertanos intentaban evadir los impuestos por cosechar seda vendiéndola de forma clandestina, por lo que en 1610 se terminó de construir un edificio denominado Contraste de la Seda. Su objetivo era pesar y controlar la producción cosechada anualmente, aunque no se consiguieron frenar estas actividades clandestinas.
A comienzos del siglo XVI se generalizó la costumbre de dar limosnas a la Iglesia en forma de capullos de seda, gracias a los cuales se emprendieron grandes obras humanitarias y arquitectónicas, como el Seminario de San Fulgencio o el Puente Viejo de Murcia.Durante el S.XVII se desarrolló en Murcia una importante actividad artesanal en torno a la seda: torcedores, tejedores, cordoneros, toqueros, pasamaneros y tintoreros habitaban en el casco urbano y principalmente en los barrios de San Antolín, San Andrés y San Miguel. El centro de negocio de la seda estaba instalado en la plaza Santa Catalina, donde se reunían periódicamente mercaderes, corredores y productores de seda para cerrar los tratos comerciales.
EL CONTRASTE DE LA SEDA
El edificio del Contraste de la Seda y Sala de Armas, construido a comienzos del siglo XVII (1601-1608), fue el ejemplo de arquitectura civil más representativo del desarrollo de la vida municipal y ciudadana. Nacido para convertirse en el organismo regulador del comercio sedero y en depósito de armas para la defensa de determinadas zonas del país.
Edificado en el lado sur del área determinada por la Plaza de Santa Catalina, núcleo urbano de la ciudad hasta el siglo XVIII, su ubicación responde a la primitiva localización de un antiguo Contraste. En la nueva edificación se puso de relieve ante todo la representatividad de sus funciones y la amplitud que se habría de dar a su entorno ciudadano. De ello se deriva el especial cuidado que las autoridades municipales pusieron en la diversificación de su estructura arquitectónica, dividida en tres plantas, que, dedicadas a sus variadas actividades, respondían en líneas generales a las necesidades que motivaron su construcción: planta baja para control y peso del comercio sedero, englobando a su vez la ya tradicional inspección del cambio de monedas de plata y oro (de donde procede su denominación de Contraste) y salón noble (planta segunda) para custodia de las armas de las milicias nacionales.
Coronaba el edificio, una galena arcada, al estilo de las habituales en los palacios renacentistas, recorría la construcción en todos sus flancos. Dos portadas monumentales le daban acceso: la Norte o principal, abierta a la Plaza de Santa Catalina y una al Oeste, orientada a la Plaza de las Carnicerías (hoy Plaza de las Flores). Destruida su galería de coronamiento por un temblor de tierra en 1827, fue declarado Monumento Nacional en 1923, siendo demolido en 1932. Sólo partes de él se salvaron, habiéndose reconstruido parcialmente en el patio del Museo Provincial de Bellas Artes los elementos que componían su fachada norte, así como lápidas y escudos de la ciudad que relataban su historia.
Fabricas Sederas
En 1770, dos italianos establecen en Murcia una moderna fábrica de hilar y torcer seda al estilo de Piamonte, pretendiendo revolucionar esta industria. Situada entre la Casa de la Misericordia y la Fábrica de la Pólvora, actual casa de los 9 pisos, en los primeros años no tuvo éxito, pero su suerte cambió al ser vendida.
Con su moderna maquinaria y la numerosa mano de obra empleada, esta enorme fábrica producía grandes cantidades de seda y era una de las más importantes de España. En el año 1800 comenzó a funcionar otra fábrica, perteneciente a la empresa francesa Valence y Sobrinos, en el actual jardín de la seda, quedando como su testimonio su chimenea, con las mismas características que la anterior, y que también movía sus grandes ruedas con el agua de las acequias cercanas Aljufia y Caravija, ya que carecían de electricidad.
Siglos XIX y XX
Los siglos XIX y XX suponen una importante crisis para la sericultura y su industria en toda España, motivada por las epidemias y la fuerte competencia extranjera, especialmente la italiana. En 1892 se crea la Estación Sericícola cerca de la Alberca de las Torres (Murcia), con el objetivo de estudiar y conservar el cultivo de la seda, y ampliando sus relaciones internacionales, lo que erigió a Murcia en la principal capital y el centro de la sericultura española.
La Región de Murcia sigue siendo, junto con Canarias, la única comunidad en la que con fines artesanales o didácticos podemos todavía encontrar pequeños productores de la denominada 'seda natural'.