CATEDRAL DE SANTA MARÍA
La Catedral de Santa María es una pieza clave del barroco español. Es el edificio monumental más importante de la capital, compendio de todos los estilos artísticos que se suceden desde el comienzo de su construcción a finales del siglo XIV, hasta la finalización de su impresionante fachada barroca en 1751.
BREVE REPASO DE SU HISTORIA
La Catedral de Murcia resume más de 600 años de historia del arte. Su construcción, sobre la mezquita Mayor de la ciudad andalusí, comenzó en 1394 y concluyó en 1462, año en que se cerraron sus bóvedas. Desde ese año, y hasta finales del XVIII vivió puntuales reformas y añadidos, lo que hace que posea múltiples estilos artísticos.
1266 La antigua mezquita mayor queda consagrada catedral por Jaime I.
1291 Se consagra como sede de los obispos de Cartagena. El episcopado de Cartagena pasa a Murcia.
1394 El obispo Fernando de Pedrosa coloca la primera piedra del templo. Se inicia por la cabecera, durando las obras todo el siglo XV. El arquitecto Diego Sánchez de Almansa es el encargado de dirigir las obras hasta finales de este siglo.
1459 El obispo Lope de Ribas autoriza la colocación de un reloj en el campanil y a utilizar sus campanas para que todos conozcan el paso de las horas.
1462 Todas las cúpulas de la catedral están cerradas.
1463 Puerta de los Apóstoles, de Diego Sanchez de Almazán.
1490 Se inicia la Capilla de los Vélez, maravilla gótica de la Catedral.
1497 Reja del Coro. Estilo Plateresco, por Antón de Viveros.
1512 Inicio de la puerta de las Cadenas. Estilo Plateresco.
1519 Francisco Florentín proyecta la torre.
1734 Derribo de la antigua fachada a la actual Plaza Cardenal Belluga por su estado ruinoso.
1736 Se inicia la fachada principal de Jaime Bort Miliá.
1754 Fin de las obras en la fachada principal.
1793 La Torre se termina por completo por Pedro Gilabert
EXTERIOR DE LA CATEDRAL
Su Fachada barroca, se inició en 1736, según el trazado del ingeniero Sebastián Feringan, aunque fue Jaime Bort quien se encargaría de transformarla en un auténtico y colosal altar, en honor de Santa María.
Dividida en dos cuerpos horizontales y tres verticales, se diseñó como un retablo de piedra abierto a la plaza, el cuerpo central está rematado con la escultura de la Asunción de la Virgen. En la base de cada uno de los cuerpos verticales se abren las tres grandes puertas: La central, Puerta del Perdón, solo se abre con ocasión de grandes solemnidades, las otras son la de San Ginés y la del Obispo.
En su Fachada Norte se abre la Puerta de las Cadenas, de estilo plateresco. Consta de dos cuerpos , el inferior del siglo XVI y el superior reformado en el siglo XVIII. En la Fachada Sur encontramos la Puerta de Los Apóstoles, de estilo gótico florido, iniciada en 1463 por Diego Sánchez de Almazán siendo finalizada en 1488, da acceso al transepto por el lado sur. En las jambas, y bajo doseletes góticos, se encuentran representadas las imágenes de los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Santiago en la zona de la base, mientras que ángeles músicos y reyes de Israel siguen la línea de las arquivoltas hacia la parte superior.
Junto a la fachada barroca, el símbolo de la catedral y de la ciudad es su Torre-Campanario, de 98 metros de altura, construida entre 1521 y 1793. Los cinco cuerpos que la componen son de distintos estilos, debido a lo dilatado de su proceso. El primer cuerpo realizado en 1521, es de planta cuadrada y estilo renacentista. En su interior se aloja la Sacristía Mayor. El segundo cuerpo es del mismo estilo pero siguiendo líneas más puristas, se concluyeron las obras en 1555, quedando paralizadas a este nivel durante más de dos siglos como consecuencia de la preocupante inclinación que comenzó a sufrir la Torre. El tercer cuerpo, donde se aloja la sala del reloj, empezó a levantarse en 1765 ya bajo los cánones del barroco y teniendo como director a José López. En el cuarto cuerpo destacan los conjuratorios, cuatro templetes coronados por cúpulas piramidales y las efigies de los santos Fulgencio, Leandro, Isidoro y Florentina. El quinto cuerpo, de estilo rococó, corresponde al campanario, donde se encuentran las 25 campanas de la Catedral. Corona el conjunto la cúpula trazada por Ventura Rodríguez, de estilo neoclásico, culminándose finalmente con la linterna en 1793.
INTERIOR DE LA CATEDRAL
Se compone de tres naves góticas con girola y veintitrés capillas. Las capillas están dedicadas a los santos patronos de los gremios y a los enterramientos de obispos y nobles que fomentaron o colaboraron en su construcción.
La Capilla de los Velez, declarada Monumento Nacional en 1928, tiene en la actualidad grado de protección Bien de Interés Cultural. La capilla pertenece al último periodo del gótico, denominado gótico flamígero. Fue comenzada a construir en 1490 y finalizada en 1507. Sus dos patronos fueron el adelantado de Murcia don Juan Chacón y su hijo don Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez. Esta capilla es un cuerpo adosado a la fábrica general que ocupaban dos antiguas capillas de la girola. Tiene planta poligonal y una cúpula estrellada de diez puntas. La construcción de esta capilla dio lugar a un gran pleito entre los Adelantados y el concejo al estrangular el trazado de la contigua calle Oliver, pleito que tuvo que ser resuelto por los Reyes Católicos. La simbología escultórica de la capilla denota el linaje y el poder adquirido por la familia Fajardo. Un ejemplo de ello es la cadena de piedra que rodea el perímetro exterior de la capilla y los relieves y esculturas con los escudos de la dinastía sostenidos por los denominados salvajes.
La Capilla de Junterón, es una de las grandes obras del renacimiento español. Fue fundada en 1515 y costeada por Gil Rodríguez de Junterón. La entrada es de planta rectangular, a través de la que se accede a la cripta en donde Gil Rodríguez de Junterón fue enterrado utilizando un sarcófago romano, pieza que actualmente se puede contemplar en el Museo de la Catedral. La capilla continúa con un recinto de planta elíptica con decoración en relieve de estilo plateresco.
La cubierta de la capilla de Junterón es una bóveda elíptica formada con segmentos de una abigarrada ornamentación de candelieri y grutescos.
En el centro de la bóveda se abre un óculo rodeado de una guirnalda de flores y frutos. Los paños de están compuestos de columnas en las que se intercalan 14 figuras escultóricas realizadas en 1594 por Juan Pérez de Artá y Cristóbal de Salazar.
Las figuras corresponden a seis sibilas y los profetas Juan 'Bautista' e Isaías, que quedan flanqueando la Adoración del altar. La sibila es una figura mitológica de la Antigüedad, que fue retomada en el Renacimiento.
Junto con la capilla de Junterones, la obra escultórica renacentista más sobresaliente de la Catedral es la Portada de la Sacristía. Ambas muestran la habilidad de Jerónimo Quijano en la consecución de unas obras pétreas que reproducen algunos de los elementos más usuales de la escultura renacentista de influencia italiana.
La Capilla Mayor está considerada como capilla real por contener los restos de Alfonso X el Sabio, en ella se encuentran el corazón y las entrañas del monarca, colocadas dentro de una urna. Su era que su corazón fuera llevado al Monte Calvario, en Tierra Santa, y sus entrañas al monasterio murciano de Santa María la Real del Alcázar. Sin embargo, nunca llegó a cumplirse su voluntad , y su corazón y entrañas terminaron reposando en el mismo lugar, en el monasterio murciano. En el año 1525, a petición del concejo y por orden del emperador Carlos V, fueron trasladadas a la capilla mayor de la Catedral de Murcia. La urna que contiene las entrañas del rey está colocada en una hornacina renacentista de medio punto, decorada con motivos florales, labrada en la época de Carlos V y restaurada después de 1854.
El Coro. La primitiva sillería del coro era de nogal de buena calidad. Se hizo a mediados del siglo XV, cuando se consagró la Catedral, en 1467. Esta sillería, ya deteriorada, fue sustituida en 1790 por otra realizada en nogal que fue pasto del incendio de 1854. Tras la destrucción del anterior coro, Isabel II regalara la sillería tardorrenacentista que iba a ser destinada a San Jerónimo el Real de Madrid. Esta valiosa sillería es obra de Rafael de León, de entre 1567 y 1571. Encima de la misma se encuentra el gran órgano neogótico. También son importantes las rejas góticas del altar mayor y del coro, obra de Antón de Viveros del sigloXV, así como las numerosas vidrieras, muchas de ellas de factura medieval.