INTERFERENCIAS, un complejo friso creado ad hoc para un espacio y un momento concreto… Un reto –que macla abstracción y figuración, el gusto por lo gestual y por el detalle ilustrativo, la austeridad de los grises y los negros con un exultante colorido– al cual el artista se ha entregado gustoso. Sí, un reto, un juego, sometido tan solo a las propias reglas autoimpuestas por el artista para que esta propuesta lúdica llegue a buen fin. Apariencias… que aquí son mostradas como flashes, destellos gráficos, pinturas que devienen, en no pocas ocasiones, en irreverentes sátiras, descripciones automáticas de situaciones y personajes, transgresiones… que dejan aflorar los propios títulos otorgados a varias de las obras y que pareciera que pretendiesen liberar las pinturas de un rancio conservadurismo, de algunas preconcebidas y ñoñas consideraciones estéticas, declarando al mismo tiempo un rendido homenaje a la pintura: Las grafiteras de Chanel, La obra oculta de Las Bañistas, Cuando Cezanne desconfiaba de los críticos o Si nos viera Rubens…