11 febrero – 1 abril 2022
Arquitectura de Barrio. C/Julián Calvo, 6
El próximo 11 de febrero Tomy Ceballos inaugura en Arquitectura de Barrio, EQUIS, una exposición retrospectiva en la que a través de 20 obras muestra distintos trabajos realizados con Rayos X, junto con otras técnicas con las que también ha experimentado. Se podrá visitar hasta el 1 de abril.
Corpus et natura
Pedro Medina
Toda retrospectiva es un archivo de lugares del pasado, en cierto sentido, un palimpsesto desde el que hablan los rastros que el tiempo no ha logrado borrar, dirigidos ahora a aquellos cuya mirada también ha cambiado. Así, todo es concebido como vestigio de vivencias pretéritas y presentes en una sustancia que las acoge, en el lecho de recuerdos y posibilidades, marcas de memoria y deseos por cumplir, compartiendo con Derrida que «hay que pensar la vida como huella antes de determinar el ser como presencia».
Con este espíritu, simultáneamente a La huella es el molde de la ausencia, en la Sala Verónicas, Tomy Ceballos también recorre su trayectoria en Arquitectura de Barrio, partiendo de una constante en su obra: esa incógnita que aparece en todo lo “revelado”, y que le ha llevado a investigar incesantemente cómo narrar aquello que falta y que ha de ser desvelado.
Por ello, resulta significativa la introducción a la muestra por medio de una serie poco conocida, Secretos sin revelar, que simbólicamente nos da la bienvenida a su universo a través de estas fotos latentes, protegidas de la luz por el cristal rojo, donde todo es estimulante virtualidad, mientras se vive en el filo de su existencia o su destrucción. En efecto, en los Encuentros de fotografía de 1998, estas piezas nos recordaban que «un secreto es frágil, se pierde al revelarlo o muere con el tiempo. Estos refugios sellados son homenajes latentes a la cara oculta de la Historia»
Desde esta escena se plantea un impactante periplo por varias de las obras que han otorgado a Tomy Ceballos un reconocimiento internacional. Entre ellas, se puede destacar Bailarinas, un significativo fotograma corporal que manifiesta el origen performativo de sus piezas, pero sobre todo su modus operandi: la acción directa de cuerpos humanos y objetos sobre una superficie fotosensible.
Su insaciable curiosidad no descansa únicamente en los fotogramas corporales y ello le ha conducido a experimentar con otros medios, desde los rayos X que lo fascinaron de niño, a poéticos escaneados con los que proyectar nuevas asociaciones e insospechados parecidos.
De este modo, la exposición transita de las transparencias de distintos cuerpos a apariciones procedentes de la naturaleza; sabiendo que a esta le gusta ocultarse, de ahí que ella también sea un secreto por desvelar. En todas estas “formas” reconocemos algo “hermoso” (formosus), que encuentra en la naturaleza una fuente de armonía y un modelo de inspiración
La fotografía aparece entonces no como un instrumento para certificar lo que ven nuestros ojos, sino como un constructor de sueños que despierta una nueva dimensión de la realidad. Parte de la huella efímera para elaborar nuevas memorias, entregadas ahora a una experiencia compartida, para que apreciemos la originalidad de la carrera artística de Tomy Ceballos y la potencia visual de la vida cuando es captada a través de estas sombras.
